martes, 15 de junio de 2010

Reportaje "TODO POR AMOR, NADA POR LA FUERZA"

TODA HISTORIA TIENE UN COMIENZO.
Han pasado más de 7 décadas desde que Victoria y Emilia García Bonifati, hermanas y educadoras, plasmaron el sueño de un grupo de profesionales en la educación. Sueño que se hizo realidad un 25 de mayo de 1931 cuando se creó el primer jardín denominado “Jardín de Infancia Nº 1”, en donde ellas formularon Propuestas Educativas que incluían a los niños a partir del segundo año de vida.

Y aunque pasaron casi 3 décadas para que se creara oficialmente el nivel educativo conocido hoy como Educación Inicial, siempre se mantuvo la preocupación y el interés por parte de las autoridades de turno para atender la trascendencia que en la vida de todo ser humano tiene la atención integral del niño en los cinco primeros años de vida.

UN SUEÑO LLAMADO “SANTA ANA”.
El Jardín de Niños N° 209 "Santa Ana" fue creado por Resolución Suprema de fecha 13 de Mayo de 1943, con el nombre de Jardín de Infancia N° 03, gracias a la gestión del Sr. Diputado, Alfredo Pinillos Goicochea, quien fuera el padrino junto a su esposa en la inauguración y bendición realizada el 24 de octubre de 1943,nombrándose como primera Directora a la Sra. Julia Castañeda de Rodríguez, iniciando su labor con 50 alumnos, posteriormente el número se elevó a 120, dividido en 3 aulas 3, 4 y 5 años. Comenzando así el loco sueño, como todo sueño que se jacte de serlo realmente, de formar en los primeros años de vida, personas con buenos valores para ser puestos en práctica luego en su crecimiento y formación, como todo buen ex alumno santanista, en su vida diaria.

Actualmente la Institución Educativa Inicial N° 209 funciona en la Av. Brasil s/n 1ra cuadra, local propio cedido por la Municipalidad Provincial de Trujillo a la Dirección Regional de Educación, con una infraestructura amplia y moderna funcionando aproximadamente con casi 500 alumnos, distribuidos en 14 aulas y en turnos de mañana y tarde.

La actual Directora es la Mg. Luzmila Aguirre de Lozada, quién encabeza una ardua labor de la mano de profesoras y madres de familia para el mejoramiento de la institución y ofrecer a los niños un ambiente seguro e idóneo. “Permitir al niño y a la niña adquirir los aprendizajes necesarios para desarrollarse integralmente teniendo como base el desarrollo y aprendizaje infantil”. Nos responde con firmeza la directora, convencida que el aprendizaje y la suma del talento humano y los recursos materiales son fundamentales para la enseñanza en Santa Ana.
“Me siento orgullosa de haber logrado una adecuada infraestructura para nuestros niños y niñas de 3,4 y 5 años como la implementación de un aula de psicomotricidad, un centro de cómputo, un Dpto. de psicología con tópico, baños adecuados y muy limpios; y sobre todo un personal consciente, responsable de su trabajo para poder así lograr una educación de calidad”. Todo esto ayudará a que se conviertan en uno de lo mejores jardines de educación inicial de la ciudad de Trujillo y por que no, a nivel nacional. Un loco sueño, pero que sueño no lo es.

“TODO POR AMOR, NADA POR LA FUERZA”.
“Paz, Amor y Respeto”. Son los 3 pilares del jardín Santa Ana y con los que día a día las profesoras dedican, además de tiempo y energías, su paciencia y cariño a un grupo numeroso de pequeños, con distintos rostros iluminados por sus mágicas sonrisas que endulzan con su alegría y bullicio las paredes de sus aulas pintándolas de colores e inocencia.

Líneas arriba hablaba de la Paz, Amor y Respeto como valores fundamentales en el jardín Santa Ana, a estos tendría que agregarle la PACIENCIA, y lo escribo en mayúsculas, por que estoy seguro y lo se de primera mano, que no es fácil la labor de la enseñanza de los niños, todos los días de todo el año. Docentes, que son madres de familia y esposas, que seguramente en cada uno de sus hogares tienen que lidiar con los quehaceres cotidianos y los problemas que se presentan, como todo ser humano; y aún así esperan a los niños con una sonrisa y un gran beso demostrando así el cariño que sienten por estos niños que a su vez corresponden con su tierna mirada y una gran abrazo a sus “segundas madres”. “Aquí lo importante es la vocación por tu trabajo, el amor y la atención que le das a cada niño o niña”, me dice la profesora Jéssica del aula verde del turno de la mañana.

Estas palabras de la profesora Jéssica me hacen recordar una anécdota. De los pocos recuerdos que tengo de mi niñez y de mi jardín, recuerdo que se llamaba América, y pongo se llamaba por que para ser sincero, no tengo idea si aún funciona. Estaba ubicado en la urbanización Pay Pay cerca al cuartel. Recordaba mientras escribía, que mi profesora, me corregía de una manera no muy inteligente un error, que según ella yo tenía. El motivo de esta corrección es que yo utilizaba el lápiz, la crayola o lo que fuera para rayar y hacer mis garabatos con la mano izquierda. Si, soy zurdo, pero creo que mi profesora no estaba enterada de aquello; y a cada instante, interrumpía mis primeros trazos, para cambiarme el lápiz a la mano derecha de una forma algo brusca después de una buena llamada de atención. Luego de tanto batallar fue mi madre quien le dijo que era zurdo, que tan difícil era darse cuenta de eso, no lo sé. Trato de entender, hasta ahora, su proceder y no encuentro respuesta; la única teoría que encuentro es la siguiente: Como el jardín estaba cerca al cuartel, todos los niños y niñas teníamos que tener la misma formación y obedecer órdenes como aquellos uniformados.

Mi teoría es una exageración, pero comentaba mi anécdota para hacer un paralelo con la enseñanza que se ofrece hoy, donde a los niños se les ofrece la atención debida y una educación que busca encaminar sus capacidades, sacando el máximo provecho de las cualidades innatas que estos pequeños poseen, de manera que en el futuro, sin importar si son diestros o zurdos.
Esto se ve reflejado en el jardín “Santa Ana” y su consigna: Aquí no se aprende a leer ni escribir. Y es cierto, la educación inicial en Santa Ana no esta orientada a que los niños aprendan a leer y escribir, sino que promueve la enseñanza de actividades sicomotrices, que permiten el desarrollo orgánico, mental y emocional de los niños y que aprendan y practiquen hábitos elementales de respeto, cortesía (saludar, despedirse, agradecer, disculparse), higiene y una buena alimentación, además de reconocer colores, formas, tamaños, olores y sabores, texturas; educando el oído y a tocar en una banda, para que aprendan a expresarse y comunicarse correctamente en su entorno más cercano. Todo esto complementado por actividades de integración social, reuniones con los padres de familia, con la organización de talleres para padres, ayuda psicológica, la capacitación de las profesoras, logran una buena formación integral.

“Porque la infancia es la etapa evolutiva en el desarrollo del ser humano en la que se observan los mayores cambios y transformaciones físicos y psíquicos; y es primordial ayudarlos a que los diferentes procesos que ocurren durante esta etapa puedan producirse en un entorno favorable… amo a los niños, ellos me hacen muy feliz. El contacto físico directo con los niños y niñas es lo más grande y puro de la vida”. Nos confiesa y nos recuerda la directora, al borde de la emoción segura de que el jardín Santa Ana es la fuente de donde brotarán grandes abogados, ingenieros, médicos, arquitectos, poetas, pintores, escultores, deportistas; y sobre todo alumnos con enormes actitudes con formación religiosa y cívica. “Todo por Amor, Nada por la Fuerza”, como debe ser toda acción que rige nuestras vidas.

DÍA DE LA EDUCACIÓN INICIAL.
Complementando lo dicho anteriormente no pueden faltar las celebraciones por el Día de la Educación Inicial, y en el jardín “Santa Ana” por supuesto se llevó a cabo esta celebración de una manera especial. Fue toda una Semana de actividades por esta gran fecha. Observar el inicio de estas actividades, con las profesoras encargadas de organizar toda una gran gama de actividades que incluyeron bailes, los trabajos de dibujo y pintura de los niños, gincana, actuación de las mismas profesoras, ofrecida para los niños y su propio deleite y diversión, teniendo en cuenta siempre los valores religiosos y cívicos, pues en cada actividad siempre esta presente Santa Ana, patrona de esta institución; y escuchar a estos pequeños cantar el Himno a Trujillo, al Perú y sobre todo escuchar cuando entonan las letras, a todo pulmón, del himno de su jardín. Pero la celebración no es un pretexto para que ocurra esto, pues cada lunes, de cada semana, se repite este significativo ritual.

Días de celebración en los que hubo participación de las madres de familia, niños y profesoras, como en el pasacalle que se dio por las calles céntricas de Trujillo, donde los niños muy entusiasmados y vestidos para la ocasión pasearon con globos, pancartas, silbatos, y sobre todo dibujada una sonrisa en esos pequeños rostros todo gracias a sus profesoras que organizaron estas actividades. Actividades que se prolongaron con las exposiciones de dibujo y pintura, estoy seguro que de aquí saldrán muchos dibujantes, caricaturistas, pintores y demás artistas plásticos. Ver a los padres emocionados observar las primeras “obras de arte” de sus retoños y verles el rostro lleno de orgullo es una clara muestra de la calidad de la enseñanza que se brinda y sobre todo de lo que escribía anteriormente y lo remarco una vez más: saber cuales son sus capacidades y explotar al máximo sus potencialidades.